Luego de un par de resbalones creativos (no, su boda con Madonna no cuenta), el director GuyRitchie vuelve al cine con el tema que mejor sabe hacer: Absurdas e inverosímiles historias de criminales del bajo mundo con mucho humor negro y diálogos geniales, aderezados con violencia y una gran selección musical que acompaña sus imágenes freneticamente editadas.
Su nuevo trabajo titulado RocknRolla es difícil de explicar en unas cuantas lineas, pues dentro de ella hay una vasta variedad de personajes e historias que se van interconectando, no como lo haría una película de Iñarritu o esa maravilla llamada Magnolia, sino como una gran colisión de autos chocones.
¿Que es un Rocknrolla? Lo que da nombre a esta película es el nivel o estatus máximo al que debe llegar un verdadero amante del rock, con ambiciones de poder, sexo y drogas. Digamos que un Rockstar mafioso. Y esa es la aspiración de Jonnhy Quid, un músico que ha fingido su propia muerte (pues se ha dado cuenta que en este mundo vale más un rockero muerto que uno vivo), y él es precisamente el detonante que afecta de una u otra manera al mosaico de personajes de esta película. Entre ellos One Two, interpretado por el Rey Leónidas mismo, un ladrón de poca mota con una gran deuda con el capo mayor de Londres y que debe lidiar con problemas de identidad entre los miembros de su banda. A la ecuación sumenle al consejero del capo inglés, dos managers del "difunto" músico, un mafioso ruso y su traicionera contadora, una pintura de la suerte desaparecida, algunos adictos y muchos millones de euros.
RocknRolla es una película bastante entretenida, y que si bien es ligeramente inferior a los grandes trabajos de Ritchie (Juegos, Trampas y Dos Armas Humeantes y Snatch: Cerdos y Diamantes), nos demuestra que el director esta de nuevo en forma para hacer ese cine tan particular que lo etiquetó como el Tarantino inglés.
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