Después de medio año sabático (que mamuco) retomo mi blog.
Y lo hago para expresar una serie de pensamientos que tuve luego de haber pasado 34 horas sin luz en el pasado apagón que se dio en varias partes de la Ciudad de México. Y por el cual no encontré que hacer en esos momentos dentro de mi casa.
Básicamente eso me hizo pensar en lo esclavizados que estamos a la tecnología. La dependencia que tenemos a todos esos gadgets y electrodomésticos que usamos día con día y que ya se volvió de lo más común en nuestras vidas. La computadora no sólo es una herramienta para algunos de nosotros, sino que se ha vuelto en el mayor aparato de entretenimiento: Jugamos, chateamos, navegamos buscando información interesante o solo abrimos pagina tras pagina, revisamos las redes sociales de nuestros conocidos, vemos programas de TV antes de que salgan en la TV, escuchamos y descargamos música, "hojeamos" comics digitales, mandamos mensajes a los amigos que incluso veremos al día siguiente... Muchas veces ya ni siquiera les hablamos por teléfono, ¿para qué? seguramente estará conectado y lo veré en el messenger y si no, pues revisará su correo en unas horas.
El teléfono celular, otro articulo mas que cargamos con nosotros después de agarrar las llaves cuando salimos. ¿Recuerdan cuando no tenían ese aparatito? Entre los amigos de Arkham siempre bromeamos que cuando estábamos en el CCH, teníamos que empeñar calculadoras para comer unas mandril-tortas... unos cuantos años después y todos cargamos un cel. Con la edad creo que si es importante tenerlo, pues por ocupaciones nos encontramos cada vez más en la calle y siempre hay llamadas de trabajo que urgen o que tengamos que reportarnos con nuestra familia y/o querer. ¿Pero han visto que ahora los niños de primaria cargan el suyo?
Yo ya no puedo salir sin el mendigo Ipod y dejar de escuchar música en la calle. Siempre es una bendición cuando en el transporte publico-vulgo-micro nos toca un chofer que ame las charangas o la Z (salvajemente, grupera). Y cada nueva generación de esta aparatito tiene una capacidad obscena comparada con la anterior. Hace unos 10 años compre mi segunda PC (ya vamos por la cuarta), una Acer Pentium Celeron, en ese entonces un amigo decía "no manches, esos 4.3 Gigas de disco duro cuando te los vas a acabar"... Cuando vi el primer anuncio del Ipod de 30 Gigas, yo todavía usaba esa compu. Creo que la pobre enfermó del virus llamado envidia y murió por ello. Miles de canciones en un pequeño y elegante dispositivo auditivo, ya no me maravilla. Los días de maravillarme quedaron atrás, cuando a finales de los ochenta el máximo avance era la casetera auto reversible de los Walkman. ¡Wow! ¡Ya no tendré que darle la vuelta al cassette nunca más!
¿Y cuando salimos a cualquier lado? Hay que llevar las cámaras fotográficas si es que no nos convence la resolución de nuestro actual celular. Eso si, digitales para no preocuparnos por disparar a lo güey, ni la cantidad de fotos que tengamos al final. Que importa si llenamos el disco duro con fotos mal tomadas o algunas que decimos "¿Y esto qué?". Creo que la cámara digital es uno de los mejores aparatos que tenemos hoy en día. Pero muchas veces las disparamos solo porque si y tenemos la obligación de llevarla a donde quiere que sea nuestro destino.
Y que desesperante es ver la TV abierta con tantos comerciales, cuando tenemos chorromil canales que nunca vemos en el cable... Pero para que si mejor puedo disfrutar de un DVD en el Home-Theatre (maldita sea aun no me alcanza para el Playstation 3 y tener Blu-Ray). Los niños de ahora ya no les importan los juegos y juguetes físicos, solo quieren la ultima consola de novedad. Al igual que los adultos y nuestro gadgets.
¿Cuantos de nosotros vamos a llorar cuando estallé el gran pulso electromagnético que profetizo Dark Angel?
sábado, enero 23, 2010
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1 comentario:
jaaaa jajaja
aah muy bueno, no va a faltar quien lea y diga, casette?? que es eso y para que querian voltearlo, jajajaja.
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