martes, julio 14, 2009
El romanticismo del Anti héroe
Enemigos Públicos, la más reciente película de Michael Mann protagonizada por Johnny Depp, Christian Bale y la bellisima Marion Cotillard, muestra los últimos momentos de la vida de John Dillinger, famoso y carismático asalta bancos de los años treinta, época de la gran depresión norteamericana, quien desde cierta perspectiva se podía ver como un moderno Robin Hood.
La película tiene un ritmo lento y en algunos momentos no pasa realmente mucho; sin embargo, a la hora de los asaltos y los enfrentamientos contra la ley, la cosa cambia. Michael Mann tiene varias películas sobre criminales en su filmografía, por tanto su oficio luce con maestría en el momento de retratar persecuciones y hace que estas tengan la emoción y la tensión debida. No nos da espectacularidad gratuita, esa no es su meta. Sino darnos realismo. El sonido del plomo que escupen sus armas de fuego es atemorizante e impactante. No se trata de una balacera cool como en las películas de acción.
Y pese a esa adrenalina que nos regala, muy en el fondo la película es una historia romántica. Ese lapso de tiempo del que se encarga la película de mostrarnos es la relación amorosa que se da entre Dillinger y el personaje interpretado por Marion Cotillard. De esas relaciones del cine de la época de oro Hollywoodense, llenas de diálogos cautivadores y frases memorables.
Entre lo destacable de Enemigos Públicos esta la buena actuación de Johnny Depp como Dillinger, así como el dramatismo, de ese que te estruja el corazón, brindado por Cotillard (sobretodo en su última escena). La música es hermosa, tanto en su partitura compuesta por Elliot Goldenthal como en la selección de canciones de aquella época. Como ya dije, las balaceras son impresionantes, y más con una fotografía e iluminación muy intimas, donde pareciera por momentos que sólo el fuego de las armas dan luz a la escena.
Lo que si de plano no me convenció, fue el ritmo tan dispar que tiene, se supone que tenemos saltos de tiempo donde han pasado días y la película no nos transmite eso. Tampoco me convenció la actuación de Christian Bale, aquí no luce para nada como el agente asignado para detener a Dillinger y es demasiado plano. En cuando al hecho de que sea filmada en alta definición, no lo se... Quizás si ayuda a darle realismo a las escenas nocturnas, como si estuviéramos ahí. Pero por otro lado, le quita esa magia que da el celuloide al mostrarnos una época ajena a la nuestra y que pudo haber favorecido mucho más al diseño de producción y a la fotografía. Como lo hemos visto ya en películas como Los Intocables o Camino a la Perdición.
En síntesis, es una película con la cual se va a pasar un rato muy ameno, sin esperar ver una gran película como nos la están vendiendo.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)